Cómo fue tallar a mano a Esquiú en madera de algarrobo

Feb 11, 2025 | Actualidad, Fray Mamerto Esquiú

Rosana Triunfetti. Comunicadora.

Cristián Ibarra de la localidad de Icaño, departamento La Paz, distante a 100 kilómetros de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, es el escultor de varias imágenes que actualmente se veneran del beato Fray Mamerto Esquiú en Argentina.

Hoy nos comparte la experiencia de la última escultura del fraile franciscano bendecida el 10 de enero pasado en El Suncho, con la apertura de la Puerta Santa Jubilar.

Cuando se talla para convertir un tronco de madera en una imagen de arte religioso, la habilidad y creatividad del artista es vital para lo que luego va a trasmitir a sus devotas y devotos al contemplarla, venerarla.

Las proporciones, volumen y detalles delineados en la imagen nacen de manos movidas por la imaginación, movidas por la inspiración que llegó al tallador luego de la escucha atenta a las historias narradas de por la gente y devotos del lugar.

 

“Mi guía fue un bulto de Esquiú de resina moldeada, de la Parroquia de Recreo, sin embargo ahí lo vi un hombre viejito, así que decidí tallarlo más joven. Me inspiré en las historias que escuché tanto tiempo aquí en la zona hablando de las bondades de Esquiú, tengo un gran poder de imaginación y si bien no vivo del arte, me apasiona lo que hago”.

Esta escultura en particular de 2.20 cm. de altura lleva entre siete y diez días para hacerla, dice Cristián, con dedicación exclulsiva. En este caso puntual fue un pedido desde las autoridades de Recreo para llevar a la Posta de El Suncho.

Por qué madera de algarrobo. La madera de algarrobo tiene las cualidades propias de ser nobe, fuerte, duradera, resistente a todo, tiene brillo propio, sus vetas difieren de tonalidades y dibujos según cada tronco, y le aporta su color natural a la pieza de arte. No es para principiantes en la escultura, por ser una madera dura a la hora de tallar.

 

Se eligió la madera de algarrobo porque es una madera muy noble en la zona, tiene calidez, brillo, soporta las inclemencias del tiempo, mucha belleza propia que complementan y embellecen la obra. Claro que teniendo el cuidado de elegir un árbol sin vida, en este caso se trató de un tronco que estaba sin vida luego de que una fuerte tormenta lo tumbó y se secó, y la pieza se hizo con un tronco único”.

El tallador no recuerda el peso del tronco, lo que sí sabe que fue una travesía trasladarlo con la ayuda de una amigo hasta su casa. (Ver fotos de los bomberos descargando la imagen en El Suncho).

Trabaja al aire libre, haga calor, frío, ventoso; se sabe muy hábil y preciso en el uso de la motosierra. Se califica como un tallador de madera de oficio; luego de terminar la secundaria hizo cursos que lo formaron sumado al talento natural por la talla. Inclusive las mismas gubias de mano las hizo él mismo para trabajar.

Se dedica sobre todo a tallar esculturas religiosas, hizo varias del padre Esquiú, ahora ubicadas en Escuela Hogares de Icaño de cuatro metros de altura, otra más pequeña para El Suncho realizado hace 5 años, otra para una congregación ubicada en Córdoba. Un imagen de San Roque y muchas más que tuvieron la magia de sus manos administradas por el talento, la imaginación y el cariño por lo que sus obras puede despertar y provocar al ser contempladas.

 

 

 

 

Categorías