Testimonio vocacional.
En la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones fray Damián Torrado, de la Provincia Franciscana de la Asunción compartió su testimonio en “Casa de Campo” por radiomaria.org.
Programa emitido el 25 de abril, en un espacio que difunde la vida y obra de Esquiú en el año dedicado a su beatificación.
Fray Damián hizo su noviciado en Catamarca, a unos metros donde vivió Esquiú, pero mucho antes, -recuerda con cariño-, que en una de las peregrinaciones a la Virgen del Valle pudo visitar el Convento San Francisco, estar junto al corazón de Esquiú, lugar memorable donde más tarde vivirá como fraile franciscano.
Lo que más le impacta e inspira de la figura de de Fray Mamerto Esquiú es su conexión con la realidad «Era una persona de Dios pero que a la vez estaba en mucha comunión con la realidad, con lo que estaba pasando en la Nación, en su pueblo. Una persona que quiso hablar de Dios en espacios políticos donde a veces uno piensa que no te van a escuchar, y ahí se comprometió».
«Rescato su cercanía con su hermano Odorico en las cartas, con su familia, con sus sobrinas, a pesar de estar con muchas cosas. Comprometido con la vida de las personas, es lo que pasa cuando estás metido con Jesús hasta la raíz. Cuando sos fiel y libre en esta respuesta al llamado de Dios, eso implica un compromiso, un ‘hacer algo’. Y creo que eso lo tenía claro Esquiú”.
Conocíó a los frailes en internet
Su búsqueda inicial fue el Seminario de Santiago del Estero y finalmente su deseo a vivir en fraternidad lo llevó al encuentro con los hermanos franciscanos a quienes encontró a través de Internet: “Siempre me llamó mucho la atención las lecturas de Jesús donde llama a los apóstoles. Y la frase que me calaba muy adentro fue ‘Ven y Sígueme.
En este llamado que Dios me hacía, yo también quería algo con el Señor. Quería vivir con hermanos, vivir en comunidad. Y esto es la vocación, cómo respondemos a ese llamado”, expresa el fraile.
Más relatos, San José custodio de las vocaciones, en el audio.