Los primeros años de Fray Mamerto

Feb 23, 2021 | Fray Mamerto Esquiú

No pudo ser otra que Catamarca, tierra virgen y de promisión, la cuna de nuestro ilustre personaje. Un 11 de mayo de 1826, hacia las once de la noche y en un pueblito no muy alejado de la ciudad capital, el de Piedra Blanca, nacía Mamerto de la Ascensión Esquiú y Medina. Sus padres, don Santiago Esquiú, ex soldado español y María Nieves Medina, oriunda de la zona e hija de una de las familias más antiguas de la provincia, marcaron a fuego el temperamento del niño: fortaleza y ternura unidas en equilibrio armonioso y bello. Fue bautizado de manera inmediata por el Padre Fray Francisco Cortés, un franciscano amigo de la familia quien también había bautizado a su madre, profetizándole que llegaría a ser obispo por haber nacido el día de San Mamerto de Francia, predicción que se cumplió.

Pero no todo era alegría en el hogar de los Esquiú. La salud del niño inspiraba fundamentados temores. Una rara fiebre se había apoderado de la criatura, transformando su respiración en gemidos. Los medios empleados para contrarrestar el mal no dieron los resultados esperados, provocando honda preocupación en sus padres. Ante la eventualidad éstos, de fe sencilla y madura, persistiendo en la utilización de todos los recursos humanos a su alcance, efectuaron también la común promesa de vestir al niño con el sayal de San Francisco, si se curaba.

¿Cómo transcurrieron los primeros años de la vida de Mamerto?

Dejemos que él, siendo ya grande, nos lo diga:

«Dios me había concedido la inestimable gracia de gozar mi juventud en el seno de un padre y de una madre, que a su vez tenía su madre y una hermana muy amada. Seis éramos los hijos venturosos de estos padres tiernos que sin bienes de fortuna y en el humilde estado de labradores, eran felicísimos en la tranquilidad de su virtud y resignación, y en las dulzuras de una vida contraída exclusivamente a su familia y a Dios: la discordia, el espíritu de maledicencia, la avaricia, la injusticia, ninguna pasión enemiga de los hombres ha penetrado en el santuario del hogar paterno: allí han reinado una paz inalterable y una ocupación incesante, estéril de progreso en la fortuna, pero copiosa en las dulzuras con que sazonaba la satisfacción de todas nuestras necesidades; y el santo nombre de Dios se invocaba desde la mañana a la noche: aún no aclaraba el día sus primeros crepúsculos, y la pies, echa por tierra el bastón y, gozoso con una túnica, se pone una cuerda en lugar de correa. Desde ese momento se prepara una túnica en forma de cruz (…) se la prepara áspera (…) pobrísima y burda, tal que el mundo nunca pueda ambicionarla” (Cfr. Francisco Sagües: Vida Primera de Tomás Celano en San Francisco de Asís, 1998).

Estando en edad escolar, sus padres le hicieron frecuentar la escuela del pueblo durante algo más de cuatro años. Los progresos fueron grandes ya que al poco tiempo leía y escribía con corrección, a tal punto que don Santiago, su padre, le encomendó la tarea de leer cada noche para toda la familia los trozos seleccionados de los pocos libros que poseía, entre los que se encontraban la Sagrada Biblia, Verdades Eternas, Ejercicios Espirituales de San Ignacio, etc. Prosiguió sus estudios en la ciudad de Catamarca, en la escuela del convento de San Francisco, verdadero centro espiritual y cultural.

Leer más: Texto completo de los primeros años de Esquiú en el libro «Vida Popular de Fray Mamerto Esquiú», Juan Alberto Cortés ofm. Ediciones Castañeda

PUNTOS DE VENTA Y VALOR. Se lo puede comprar en la Iglesia San Francisco de Córdoba (Entre Ríos 130, esquina Bs As). En los conventos de Bs As, Santiago del Estero, La Rioja, Corrientes y Catamarca. Valor: $700. PRÓLOGO DE FRAY DAVID CATALÁN OFM. 

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